No me creía capaz. Y lo hice.
"Vete, ya hablamos a la vuelta" y sí, volviste.
y abrí un lapso.
En el mutismo de mis sábanas te invocaba
sin rabia. Había serenidad. Por fin me escuchabas
no había retraso en tu respuesta.
porque ni estabas
ni te necesitaba
eras una ausencia amada
Me pregunto si acaso no estaba rezando.
No a ti, sino a mí.
Si tal vez, acaso por fin, los harapos con los que me he quedado después de tantas batallas perdidas
se pliegan sobre mí en una envoltura victoriosamente aislante.
lunes, 29 de julio de 2019
martes, 16 de abril de 2019
G.B.
Otra vez
la congoja
El ardor cerebral
Las punzadas pensadas
Objetividad de fluoxetina
Los libros no duelen
Suscribirse a:
Entradas (Atom)